Preparados que vienen curvas,
un capítulo de una hora y veintiséis minutos, un capítulo cuyas notas (las que
tomo mientras lo veo) han ocupado la friolera de tres páginas DinA4, el máximo
con diferencia en toda la temporada. Y el capítulo con mayor valoración de toda
la serie.
Es un capítulo en el que se
nos desvelan los interrogantes que teníamos durante la serie, prácticamente
todos, y se abre una nueva historia a explotar en la siguiente temporada. Pero
como digo siempre, vayamos por partes.
Es imposible hablar personaje
a personaje en éste capítulo, ya que no sólo las tramas se van entrelazando,
sino que algunos de ellos tienen escenas en más de una línea temporal, lo que
haría el resumen un auténtico lío. En cambio, prefiero hacerlo distinto ésta
vez, comentando las escenas que más me han llamado la atención y comentando las
conclusiones del capítulo, lo bien que hila todo lo que nos había ido soltando
hasta el momento.
Conocemos al fin la historia
completa de Dolores, un personajes al que vemos en su primer despertar cuando
Arnold la creó (increíble visualmente) y al que vemos tomar conciencia de lo
que le ha sucedido todos éstos años. Su escena con el Hombre de Negro es
simplemente antológica, y el que sea ella la chispa que enciende la nueva
revolución cierra el círculo de forma magnífica, al ser ella también la que lo
inició por primera vez.
Todo el tema de Wyatt queda
aclarado, una personalidad que impusieron a Dolores para que acabara con el
parque y con el mismo Arnold (por orden suya), en un intento de que los
androides fueran libres y el proyecto de encerrarles no siguiera adelante. Lástima
que Ford recibiera una inyección de capital. Así, Wyatt siempre ha sido
Dolores, una voz en su mente que le decía que hacer, y el desencadenante de la
nueva historia de Ford.
Por su parte, veremos cómo
William nos confirma la teoría de las líneas temporales, contándonos cómo el
parque le cambió, cómo comprendió que Dolores no era distinta y cómo se
obsesionó hasta convertirse en lo que es ahora: alguien capaz de acabar con su
futuro cuñado para hacerse con el control de la compañía y comprar el parque,
el foco de sus obsesiones. Un personaje que sigue buscando una experiencia
vívida, real, que los androides se defiendan con todas sus fuerzas, y parece
que al fin la ha encontrado.
Descubrir también que el
código de Arnold ha estado siempre allí, haciendo despertar a los androides a
lo largo de los años, dándoles consciencia de sí mismos para ser borrados una y
otra vez en un círculo de dolor que les ha forjado el carácter y ha hecho que
en ésta intentona puedan tener una oportunidad.
Mientras tanto, Maeve y su
fuga, algo orquestado por alguien (parece que Arnold, aunque supongo que será
Ford). Una fuga que nos regala imágenes realmente crudas y los mejores momentos
de acción del capítulo. Y todo para qué? Para que sus recuerdos le impidan huir
y tenga que volver a por su hija. Maravilloso.
La recomposición de Bernard
también nos abre multitud de posibilidades en el futuro, un personaje entre los
dos mundos cuya verdadera naturaleza la saben bien pocos, alguien que es
espectador de lo que acaba por suceder.
Es un capítulo que consigue
enganchar al espectador de principio a fin, uno que aprovecha absolutamente
todo lo que la serie ha ido sembrando durante la temporada para componer un
tapiz que nos da de todo, con momentos álgidos cada dos por tres en un producto
que supera con mucho a la mayoría de audiovisuales que nos dan a día de hoy.
Y lo hace sin trampas, sin
tratar de tonto al espectador, simplemente contando una gran historia que no
sólo habla sobre la consciencia en los androides o nos da historias de amor o
venganza, lo hace dando preguntas sobre qué es lo que nos hace humanos o porqué
consideramos que estamos vivos. Una serie que se puede disfrutar a muchos
niveles distintos.
Ford, ese personaje al que
teníamos por el villano de la historia, uno que ha preparado una nueva
narrativa para que sean los androides los protagonistas, los que elijan lo que
quieren hacer. Alguien que ha estado todos éstos años dándole vueltas a la
muerte de su amigo, a si tenía o no razón, y al darse cuenta de la verdad trazó
un plan a largo plazo. Simplemente magistral.
Y las actuaciones? Todos los
personajes de ésta serie están de premio, personajes con montones de matices,
personajes vivos, por los que temes y sufres, ya sean humanos o robots. Hay
escenas en las que una mirada, la sensación de control que transmite Ford, la frustración
de William, el desconcierto de Bernard o el papelón de Dolores. Es una serie
hecha para lucimiento de todos, sea cual sea su papel.
Como he dicho siempre, ésta serie
se basa en un buen guion, una apuesta visual insuperable a día de hoy y un
casting inmejorable. Pero tiene también otro pilar: detalles, detalles como
hilar el dibujo del laberinto con la metáfora de la consciencia y el juguete
del hijo de Arnold; detalles como que te encajen todas las piezas sobre Wyatt;
el descubrimiento de que quizá no sean en el único parque o la única
ambientación… son detalles que enriquecen el capítulo y que luego se pueden
aprovechar en futuras temporadas de la serie.
Me despido por hoy diciéndoos
que ya tardáis en ver la serie, que soy consciente de haberme dejado multitud
de elementos o cosas a comentar del capítulo, pero prefiero que lo hablemos en
los comentarios y me digáis si os ha gustado el final de temporada. Así que lo
dejaré antes de que el post sea ilegible por exceso de longitud.
Valoración en Followmytv: 9,6.
PD: Me ha gustado tanto que vuelvo a empezarla ahora mismo.