Ésta semana nos toca una película menor, que únicamente ha pasado por mi
reproductor de confianza porque el actor principal de la misma era Mel Gibson
(que por si no lo sabéis ha sido durante muchos años mi actor favorito).
La cinta intenta emular experiencias anteriores como Venganza de Liam
Neeson, en la que una estrella con cierta edad se pone a repartir tiros en una
película de acción. La excusa en ésta ocasión es la siguiente: tras unos años
desaparecida, la hija del protagonista reaparece pidiendo dinero a su padre,
una hija que está envuelta en asuntos bastante turbios. Su padre, un ex
criminal, no podrá evitar meterse en el berenjenal, dando como resultado una
ensalada de tiros y muerte.
Lo curioso del caso es que la película no abusa de la acción, siendo más
bien normalita y para nada exagerada, algo que choca cuando una prevee ver a
Mel Gibson matando a decenas de personajes random.
Digamos que se intenta dar cierto fondo al personaje, no tengo claro si por
una posible secuela, pero el caso es que la relación padre-hija prima por
encima de la acción, lo que acaba por desconertar.
La película es normalita por decir algo, una de esas que pasa sin pena ni
gloria y que de tener a otro actor de cabeza de cartel no hubiera llegado casi
ni al circuito comercial. Poco presupuesto, pocos efectos especiales, música
olvidable, una hija bastante sosa en lo que a interpretación se refiere… acción
descafeinada.
Eso sí, al menos tiene la decencia de no alargarse demasiado, quedando en
apenas una hora y media de lucimiento y miradas de locura de Gibson (éste tipo
debe dar miedo cabreado XD).
Evidentemente no la recomiendo, y lo mejor que podéis hacer con ella es lo
que haré yo: olvidarla.
Valoración Personal: 5,5.
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