Rogue One es la primera
película spin off de Star Wars con cara y ojos (lo de los Hollyday Special no
debería ni contar), la primera Star Wars Story desde que Disney compró a Lucas.
Estamos ante una película
ambientada antes de la trilogía original, en principio sobre el escuadrón que
consiguió los planos de la estrella de la muerte que después se utilizarían para
destruirla. Sobre una incipiente rebelión y esos héroes que no tienen tanto
nombre como los Skywalker o Han, pero cuyo pequeño granito de arena fue
determinante para hacer caer al Imperio.
Así, seguiremos al personaje
de Jin Herso, hija del principal ingeniero de la estrella de la muerte, una
niña que tuvo que crecer sin sus padres por culpa del Imperio y que recibe una
oferta por parte de la rebelión para intentar encontrar a su padre.
Montar un escuadrón, conocer
más cosas sobre los miembros del mismo, acción aventuras, y momentos de batalla
espacial como no se habían visto nunca en la saga.
Eso es lo que ofrece Rogue
One, y a la crítica y público les encantó.
Evidentemente todo sucede en
una Galaxia muy, muy lejana que ya conocemos, con cameos de algún que otro
personaje y con una ambientación que nos lleva a la trilogía original.
Visualmente la película es de
10, no en vano Disney cuenta ahora con el mejor estudio de efectos especiales
del mundo: Lucas Arts. Y es algo que se nota y está patente durante toda la
película, especialmente en el tramo final.
Más de dos horas de película
que nos llevarán por distintos puntos de la galaxia, alejados de los jedis y en
una historia más cercana a las guerrillas que a los grandes momentos épicos
(aunque también los hay).
Hasta aquí todo bien, pero la
película también tiene puntos negativos.
El primero son los personajes,
interpretados con cierta desidia (al menos según mi opinión) y con los que no
conectas. Y es una lástima, porque precisamente lo bueno que ha hecho el
episodio VII son los personajes. Aquí no acaba de importarte nadie, no
funcionan como grupo y cuando pasa lo que pasa te da igual.
Otro punto es una bajada de
ritmo narrativo a media película. Sí, siguen pasando cosas, pero no tienen punch
suficiente para mantenerme en ella.
Quizás es un tema personal,
pero éste Rogue One me gustó mucho menos que el episodio VII. Sí, era Star Wars
y con un buen guion. Pero me falló en lo que me gusta de Star Wars: la
maravilla y la sensación de que todo es posible.
Eso sí, el tramo final es de
levantarse y aplaudir, y cuando sales del cine te quedas con ese sabor de boca,
lo que supongo que hizo que el boca a boca funcionara bien.
Entretenida, pero me gustó
menos que CUALQUIERA de las siete primeras de la saga (la octava aun no la he
visto).
Valoración Personal: 7,5.
PD: Confieso que me dormí viéndola.
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